La solución a esto puede provenir de la miniaturización de los equipos.
Aquí dejo una aplicación muy interesante de plasmones superficiales:
"Sensores basados en resonancia de Plasmones Superficiales para la detección de pesticidas"
El fundamento es el siguiente: La capacidad del pesticida para reemplazar la plastoquinona del complejo que forma con la proteína D1, la cual se ubica en el centro de reacción del Fotosistema II (por tanto inhibidor de la fotosíntesis) induce la modificación de las características ópticas de la capa proteica, capa que se encuentra inmovilizada sobre una superficie de oro.
Dicha técnica permite determinar 0,05-50 microgramos/ml de pesticida disuelto , en un tiempo de 1 hora.
Adjunto una imagen para ayudar a la mejor comprensión de la estructura del sensor:



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